Abro el manual cuya tapa reza “Sea feliz en 5 pasos simples y sencillos”, y me pregunto cual será la diferencia entre simple y sencillo. Dejé en la página 1 y me propongo continuar, pausado, porque antes de empezarlo me prometí leerlo a conciencia, para no dar un paso sin haber comprendido bien el anterior.
Bueno dice así el párrafo que me toca en suerte: “Podrás encontrarte en la vida ante situaciones adversas que te inspiren miedo o tristeza (por otras situaciones leer el capítulo: “situaciones misceláneas”), en estos casos lo mejor es correr. Lo importante es saber en que dirección, para ello no tienes más que saber buscar el cartel, que generalmente aparece a la derecha de la pantalla; si no lo encuentras cerciórate primero de que estés enchufado, luego asegúratede que el interruptor este en la posición de “on” (encendido),si aun así no lo encuentras, puedes optar por recurrir a un técnico autorizado. Si por alguna razón correr no es viable, entonces puedes fingir que la situación no te afecta, con lo cual, a pesar de que tu alma esté sumergida en el terror, darás una buena impresión a tus semejantes quienes en mucho lo apreciarán. Si alguien, por error, te preguntara que como estás, recuerda doblar la boca, mostrando tus dientes colgate, y responder con natural serenidad “muy bien por suerte, la verdad que muy bien”. Si logras convencerlo con tan eficiente artimaña, de seguro no volverá a molestarte por un buen tiempo, si bien corres el siempre inevitable riesgo de que, dirigiendo la mirada hacia el suelo, y en un ademán que denota desgracia, sacudiendo su cabeza le diga a los demás que el ya había presentido que algo no estaba bien.”
Levanté la vista lentamente mientras cerraba el libro en la página 2, y trataba de comprender lo que había leído. Una cierta sensación de paz se apoderó de mi conciencia, ahora comprendía porque me había costado tanto vivir, tantas preocupaciones, ¡tantos planteos! Y pensar que la solución había estado siempre allí, en 5 simples y sencillos pasos; y mientras pensaba todo esto, de golpe, como un rayo me asaltó una duda impostergable: ¿eran 5 pasos simples y sencillos o sencillos y simples? Cavilé largo rato sobre esto y sobre otras cuestiones que creí haber resuelto durante el día, pero que no lo estaban. Luego, desde luego, decidí dormir y eso es lo que me encuentro haciendo desde entonces.